Un día mi esposo Eduard y yo nos dirigíamos a nuestro trabajo por la Panamericana, íbamos bajando y sentimos un ruido en el caucho delantero del carro, le dimos poco a poco y de repente volvió a sonar más duro, nos paramos, revisamos y no vimos nada; decidimos seguir adelante y rodamos bastante. Bajamos la Panamericana, la autopista Valle-Coche, seguimos toda esa vía, pero cuando vamos a la altura del Fuerte Tiuna, sigue el ruido, pero más intenso. Nos volvimos a parar y revisamos nuevamente y no vimos nada extraño, sin embargo cuando vamos por las Mercedes, vemos que el carro se va de un lado y arrastra algo por debajo. De repente viene un señor pasando y nos trae el caucho del carro, nosotros nos sorprendimos muchísimo, y yo pregunté ¿Qué caucho? Y el señor nos dijo; se les salió el caucho. Nos paramos para revisar, al bajarnos sólo se veía el disco donde va el caucho. El señor no los puso mas adelante y continuó trotando. Nos pusimos a pensar cómo íbamos a poner ese caucho, entonces Eduard retrocede un poco y cuando ve estaban los cuatro tornillos.

Allí le dimos gracias a Dios por su cuidado. Lo glorificamos porque sólo Él pudo guardar de nuestras vidas.

Testimonio de Protección

Eduard y Verónica Mesú

Tengo un kiosko de comida y el día viernes 24 de febrero estábamos trabajando, cuando de repente escuchamos un sonido muy fuerte, pensé que había sido la olla de presión, una de las muchachas que trabaja conmigo me dijo que todo estaba bien, sin embargo una de ellas estaba cerca de la puerta y me dice que el kiosko de al lado se estaba quemando. Cuando ella dice así, me asomo en la puerta y le dije al Señor sólo tu mano poderosa puede contener esa candela, me devolví y apagué la cocina y despegué la bombona. Pensé que se podía quemar todo. Me detuve y dije; Señor solo tú puedes apagar este fuego. Salí corriendo porque mi cable pasaba por encima del kiosko.

Al salir, veo la candela y decía, Señor si tú cierras esta puerta, sé que otra tienes abierta para mí. LLoraba porque eran muchos años de sacrificio y le pedía a Dios por la protección de mis bienes y así fue, para la gloria de Dios no le pasó nada.

Dios en todo momento nos guardó. Su misericordia me acompañó.

Testimonio de Protección

Carmen Mujica

Mi pequeño hijo Sebastián, por accidente consumió veneno, antes de llevarlo al hospital, mi esposo y yo recibimos y oramos esta palabra: “tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán”. Marcos 16:18, lo llevamos al hospital y al hacerle su chequeo y todos sus exámenes para la gloria de Dios no tuvo ningún daño. Los pastores y varios hermanos estuvieron orando por él y la palabra que nos compartían era la misma que nosotros habíamos recibido ese día antes de salir a emergencias para el hospital, por lo cual sabíamos que Dios estaba guardando de él.

Sebastián estuvo en observación y no fue necesario que lo remitieran a gastroenterólogo porque Dios cuido de él y no tuvo ningún daño. El Señor guardó de su vida y le damos toda la gloria.


Testimonio de Protección

Ingrid Duarte