El Padre nos invita a su presencia. Pr. Carlos Espinoza. 14-02-2021.
«Dios es conocido en Judá; en Israel es grande su nombre. En Salem está su tabernáculo y su habitación en Sion.» Sal. 76:1-2
Dios habita en medio de la alabanza de su pueblo (Judá), su tienda está en la paz, justicia y la verdad (Salem), mientras que su habitación está con sus hijos (Sion = La ciudad de Dios).
Así mismo, podemos recordar las palabras dichas por nuestro señor Jesús:
«Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.» Mt. 18:20;
«Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.» Mt. 11:28-30
El Padre continuamente nos hace un llamado para entrar por sus puertas con acción de gracias; si existen puertas es porque hay diferentes lugares de acceso.
«Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza; Alabadle, bendecid su nombre. Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia, Y su verdad por todas las generaciones.» Sal. 100:4-5.
Dios se complace cuando sus hijos habitan en su presencia, cuando aceptan el llamado a deleitarse en Él, entrando en la atmósfera de alabanza y adoración.
El escritor del libro de Hebreos nos exhorta a acercarnos con confianza por medio de Jesucristo, el único mediador entre Dios Padre y los hombres.
«Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro»; «Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura. Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió.» He. 4:16; 10:19-23
Seamos perseverantes entrando confiadamente a la presencia de Dios, recuerda lo siguiente:
- Tenemos libertad para entrar en el Lugar Santísimo a través de nuestro señor Jesucristo.
- La forma de habitar en la presencia de Dios es por medio de la FE.
- Es necesario comprender que el sacrificio de Jesús limpió nuestras conciencias de obras muertas. «¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?» He. 9:14.
- Al estar en la presencia de Dios recibes: el poder, amor y favor inmerecido.
¿Qué hacer cuando estás en su presencia?
- Llorar de impotencia por las frustraciones diarias.
- Quejarse por los problemas que enfrenta.
- Contemplar la majestad y gloria de Dios que le permite declarar su victoria como hijo.
- Regocijarse en su presencia por la manifestación de su gran amor.
La decisión es de usted, el llamado del Padre es a entrar en su presencia con acción de gracias, sin importar la condición en que te encuentres: cargado, enfermo, oprimido, con escasez o cualquier otra circunstancia; en Dios encontraremos reposo.
Es tiempo de habitar en la presencia de Dios.
Resumen elaborado por el Pr. Jonathan Barreto.
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