Entendiendo los tiempos.
Pr. Carlos Espinoza. Domingo 03-01-2021

«Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas. Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.» Josué 1:7-9

A principio de año muchas personas expresan sus buenos deseos, pero esto no es suficiente para que las cosas salgan bien, hay que hacer algo más. 

De acuerdo al capítulo uno (1) de Josue se debe: 

  1. Esforzar,
  2. Ser valiente,
  3. No apartarse de las escritura y 
  4. Meditar de día y noche en la palabra de Dios. 

Aunque no se elige la familia, país o tiempo en el que se vive, sí es la elección de cada hijo de Dios obedecer o desobedecer. 

Dios a través de una palabra profética comunicó a la casa DLN que sería como la tribu de Isacar: “entendidos en los tiempos para saber qué hacer”. 

«De los hijos de Isacar, doscientos principales, entendidos en los tiempos, y que sabían lo que Israel debía hacer, cuyo dicho seguían todos sus hermanos.» 1 Crónicas 12:32. 

Es importante conocer que por medio de la palabra y el Espíritu Santo podemos entender lo que se tiene que hacer. Por lo tanto, es responsabilidad de cada hijo de Dios el ser diligentes en escudriñar la palabra.

Así que, es necesario orar por entendimiento, tal como lo expresa el apóstol Pablo en la carta a los Efesios:

«Para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos.» Efesios 1:17-18 

¿Cuándo conocerán la esperanza, la riqueza, la gloria y la herencia? Cuando los ojos del entendimiento sean abiertos. 

Ahora bien, no se puede ignorar que el enemigo cegó el entendimiento de aquellas personas que están bajo su autoridad. Así lo dice la carta a los Corintios:

«en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.» 2 Corintios 4:4.

Aquellos que no tienen a Cristo el enemigo ha cegado su entendimiento. La iglesia “no debería” estar en esta condición. 

Cuando se vive en el entendimiento de la palabra, la luz del evangelio de la gloria de Cristo resplandece en la vida del creyente. En otras palabras, las personas comienzan a ver a Cristo en los hijos de Dios,  porque la imagen de Dios Padre es Cristo.  

¿Puede tener falta de entendimiento un hijo de Dios? Sí. Leamos lo que dice el profeta Oseas:

«Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos.» Oseas 4:6. 

¿Qué debe hacer un hijo de Dios si le falta conocimiento y entendimiento? Renovar el pensamiento, esforzarse y ser valiente para poner en práctica la palabra de Dios. 

El Señor Jesús enseñó: «Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino.» Mateo 13:19. 

La palabra puede estar en el corazón sin entendimiento, por eso es necesario esforzarse por comprender las escrituras. 

Resumen:

Es responsabilidad de cada creyente.

  1. Esforzarse por entender los tiempos establecidos por Dios. 
  2. Ser entendidos como la tribu de Isacar. 
  3. Orar porque el Señor ilumine su entendimiento.
  4. Conocer la palabra. “Mi pueblo perece por falta de conocimiento”. 
  5. Esforzarse y ser valiente en vivir la palabra.

 

Esta enseña continuará…

Resumen elaborado por el Pr. Jonathan Barreto. 

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