Lo que tienes.

Pastor. Carlos Espinoza. 01-05-2022.

1 Pedro y Juan subían juntos al templo a la hora novena, la de la oración. 2 Y era traído un hombre cojo de nacimiento, a quien ponían cada día a la puerta del templo que se llama la Hermosa, para que pidiese limosna de los que entraban en el templo. 3 Este, cuando vio a Pedro y a Juan que iban a entrar en el templo, les rogaba que le diesen limosna. 4 Pedro, con Juan, fijando en él los ojos, le dijo: Míranos. 5 Entonces él les estuvo atento, esperando recibir de ellos algo. 6 Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el Nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda. 7 Y tomándole por la mano derecha le levantó; y al momento se le afirmaron los pies y tobillos; 8 y saltando, se puso en pie y anduvo; y entró con ellos en el templo, andando, y saltando, y alabando a Dios. 9 Y todo el pueblo le vio andar y alabar a Dios. Hechos 3:1-9

En este pasaje apreciamos a los apóstoles que caminaban al templo a orar, y estaban seguros en la unción que tenían de Dios, como era: su poder, la palabra, el poder de la sangre de Cristo, el poder de la resurrección, y es por ello que cuando el hombre cojo les pide una limosna, Pedro llamo su atención diciéndole: No tengo plata ni oro, pero de lo que tengo te doy, en el Nombre de Jesús: levántate y anda, y fue liberado y sanado de ese mismo momento.

Ahora bien, observamos por medio de esta escena que el cojo recibió varios milagros. A continuación:

1.- El ser cojo desde su nacimiento representaba una maldición de iniquidad generacional, la cual fue rota por el poder de la Palabra.

2.- El cojo tenía una limitación física en sus pies y en sus tobillos los cuales se enderezaron cuando recibió el poder de la palabra.

Es tiempo de meditar que sin Cristo éramos personas cojas, llenas de temores, miedos, complejos y frustraciones, pero, un día tuvimos un encuentro con Cristo y en su Nombre, y el poder de la cruz del calvario en nuestras vidas nos hizo libre de los pecados, rebeliones e  iniquidades y de toda deficiencia física y espiritual, agradecidos hoy podemos alabar a nuestro Padre Celestial con plena libertad en Cristo Jesús.

Ahora bien, reflexionemos: tenemos claridad, como discípulos de Cristo, de todo lo que tenemos de parte de Dios?  Consideremos algunos aspectos de lo que en El se nos ha dado:  Su Palabra, el poder de la resurrección, el poder de la Sangre y al Espíritu Santo. Sin embargo, no basta solo con tener la teoría,  debemos levantar nuestra expectativa  y accionar en lo que tenemos espiritualmente de parte de  Dios.

La Biblia en Lucas 9:22-23 nos enseña las características de que debe tener un discípulo de Cristo. A continuación: negarse a sí mismo, tomar la cruz cada día y seguir al Señor.

El llamado de parte de Dios es que cada uno tome su cruz cada día y le siga. En Mateo 28:18-19, se nos dice: «…Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. 19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.»  Cristo venció al diablo,  las potestades, y el Padre lo levantó de entre los muertos  y le dijo: te entrego toda potestad en los cielos y en la tierra para que toda lengua confiese que tú eres el Señor. Él nos llama a ser discípulos, y un discípulo de Cristo debe imitar al Maestro.

Tenemos autoridad en el Nombre de Jesús y Dios necesita discípulos que se dejen usar para manifestar su poder a fin de  liberar, sanar y bendecir a todos aquellos que tienen necesidad. Jesús promete que haremos obras mayores a las que Él hizo y todo lo que pidamos al Padre Él nos lo dará. Juan 14:12-14

12 De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que Yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque Yo voy al Padre. 13 Y todo lo que pidiereis al Padre en mi Nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. 14 Si algo pidiereis en mi nombre, Yo lo haré. Juan 14:12-14

Consejo pastoral:

Dios está llamado nuestra atención.

Camine en el fuego del Espíritu Santo

Sacerdotes en casa, tomemos la cruz cada día, porque el que pretende andar sin la cruz se expone a que el reino de las tinieblas toque su vida y la de su familia.

Atrévase y deje que el poder de Dios fluya a través de usted para que otros sean bendecidos.